El lanzamiento del cohete Space Launch System (SLS) y la nave espacial Orion ha sufrido ya varios retrasos.
En primer lugar, el heredero del histórico programa Apolo -que llevó a los astronautas Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin a escribir sus nombres en las páginas de la historia de nuestra especie- comenzó a gestarse en el año 2005, cuando bajo el mandato de George W. Bush se dio luz verde a la puesta en marcha de ‘Constellation’, un nuevo programa de vuelos espaciales.
Sin embargo, en los años posteriores, debido a los temores de múltiples retrasos y sobrecostes, el programa se canceló bajo el mandato de Barack Obama, tomando un nuevo rumbo en el año 2010, cuando el congreso de Estados Unidos aprobó la continuación de los proyectos de la cápsula Orion y el desarrollo de un nuevo cohete que impulsara la misión.
Una vez este estuvo por fin listo, incluso en ocasiones estando preparado en la misma plataforma de lanzamiento y con la nave espacial montada, el despegue ha tenido que posponerse hasta en cuatro ocasiones.
La primera fecha que se dio fue el 29 de agosto, pero el lanzamiento en aquella ocasión tuvo que ser suspendido por un problema con una purga del motor.
Antes de que llegase la hora del lanzamiento, la NASA ya había anunciado el fallo que les impedía lograr la temperatura que buscaban en el motor 3 del SLS. En un comunicado, la agencia había explicado que el equipo estaba acondicionando los motores “aumentando la presión en los tanques de la etapa central para purgar parte del propulsor criogénico” de estos. Sin embargo, no estaban llegando a acondicionar correctamente el motor 3.
Además, en aquel intento el equipo también encontró “una grieta en el material del sistema de protección térmica en una de las bridas de la etapa central”.
La siguiente fecha prevista era el 2 de septiembre, aunque finalmente el intento de lanzamiento se confirmó oficialmente para el día 3. “Estamos procediendo nuevamente a nuestro intento de lanzamiento del sábado, nos sentimos cómodos con nuestra postura de riesgo”, informó Michael Serafin, gerente de la misión Artemis I, en una rueda de prensa. Y añadía: “Dicho esto, no hay garantía de que vayamos a salir el sábado, pero lo vamos a intentar”.
Desafortunadamente, la agencia espacial tuvo que retrasar la prueba por una fuga en la transferencia de combustible al cohete.
Después de aquello, la NASA dijo que iba a realizar la prueba de demostración “no antes del 21 de septiembre” y que su nueva oportunidad de lanzamiento se efectuaría, en principio, el 27 de septiembre “con una posible oportunidad de respaldo el 2 de octubre bajo revisión”.
Finalmente, la irrupción del huracán Ian en el mundo, y el especial azote de este a Florida, hizo que la NASA decidiera que el tercer intento de lanzamiento de Artemis I no se efectuaría en la fecha prevista. Otra vez.
Se decidió que la nueva fecha sería el 14 de noviembre, y en esas estábamos cuando llegó otro huracán, esta vez con nombre de mujer, y se aplicó un cuarto retraso al lanzamiento de la misión. Así que ahora esperamos que Nicole no deje demasiadas consecuencias y este miércoles podamos ver por fin volar al SLS.
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